jueves, marzo 01, 2007


Justo a tiempo, mi cuerpo pone la pausa. Ese instante donde todo se congela, los sonidos desaparecen y emergen las voces interiores. Estoy en el aire, congelado, frío y observando todo. Ojos de lince me permiten barrer superficies infinitas, el silencio es el motor de todo. La paz, la falta de contacto con todo. Un segundo que puede hacerse eterno, un tiempo sin tiempo. Puedo estar así siempre, puedo estar así un segundo.
Espero, respiro muy profundo, porque en algún momento voy a dejar que la película siga corriendo, y el próximo paso es nadar, como nunca, hasta sentir los músculos entumecidos, hasta poder sentir el abrazo del agua, su calidez, su presencia absoluta...

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