Eternal sunshine of the spotless mind... The well-sung woes will soothe my pensive ghost
lunes, abril 28, 2008
Reflexiones de un casamiento
Capítulo 1
Cobayos que danzan y sonrien
Este fin de semana fui a un casamiento, pero fuera de lo que generalmente me sucede, en posición de invitado tangencial. Lo cual me dejo grabadas una seria de postales.
La primera tiene que ver con el cambio de perspectiva, o mejor dicho, los anteojos con los que se mira la situación de un casamiento. Cuando no sos partícipe o no conoces a quienes se casan, sus historias, familias, amigos, gustos personales, etc. empieza el primer fotograma de la película, sumado esto a la necesidad de guardar cierta compostura devenida de un compromiso familiar. La gente no es más que un grupo de personas sacadas de la calle con lindos y coquetos atuendos, las caras son felices, los lindos son más lindos y los feos más feos.
El tempo de la fiesta es lento, el alcohol se apodera de los sentidos generales y las sonrisas son más grandes, las palabras más lentas y las miradas mas rasgadas. Las inhibiciones se quedan esperando a sus dueños en las mesas mientras, al ritmo de la música de casamiento, éstos mueven sus sudorosos cuerpos blandidos por luces.
La parte entretenida de esta especie de investigación científica es pasar de la habitual posición de ratón de laboratorio, a ser el científico que observa su experimento. Es esta la verdadera razón por la que decido empezar a tomar nota mental de los hechos de la noche. Identificarse dentro de la multitud, puede pasar de lo divertido a lo penoso en segundos, pero tiene algo de sinceridad personal que lo hace enriquecedor.
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